Entre
los días 25 y 30 de noviembre de 2017, se llevó a cabo en el Salón
Cultural del Complejo Museográfico Enrique Udaondo de la ciudad de
Luján (BA), la "Muestra
sobre Conocimientos e Identidades Argentinas en Luján",
evento en el cual se presentaron los resultados de una investigación
realizada en forma conjunta por profesionales de la Universidad
Nacional de Luján y las universidades norteamericanas de Tennessee,
Oregon y Nuevo México.
Complejo Museográfico Enrique Udaondo |
El
día 28 de noviembre se realizó la Mesa Académica "Identidad,
espacio-tiempo y ancestralidad genética",
coordinada por Claudia A. Baxendale (UBA / GESIG-INIGEO). En la misma
se presentaron varias ponencias muy interesantes:
LANZELOTTI,
Sonia
(SIGAPH-INIGEO / CONICET). Caracterización
arqueológico-geográfica de los pagos de Luján y su área de
influencia.
BUZAI,
Gustavo
(GESIG-INIGEO / CONICET). Geografía
del ADN. Abordajes en contexto espacial.
MENDOZA,
Marcela
(Universidad de Oregon / EEUU), Graciela
CABANA
(Universidad de Tennessee / EEUU) y Lindsay
SMITH
(Universidad de Nuevo México / EEUU). Un
estudio de ancestralidad genética en
barrios históricos de Luján: Resultados y perspectivas.
Claudia Baxendale |
Sonia Lanzelotti |
Lindsay Smith |
Gustavo Buza |
Graciela Cabana |
Marcela Mendoza |
El
equipo de investigadores del Conocimientos
e Identidades Argentinas,
dado el contexto político y social actual,
tiene como objetivos generales saber
que significa hoy ser argentino. ¿De qué manera la identidad y el
sentimiento de pertenencia a la nación se entrelazan para construir
la argentinidad? ¿Sería posible que la información sobre
ancestralidad genética pudiese contribuir a la construcción de la
argentinidad, modificándola de alguna manera? Los
objetivos específicos aspiran a plantear interpretaciones
sobre la región geográfica de dónde proceden los antepasados
remotos, lo que llamamos ancestralidad genética, de las personas de
las que se tomaron muestras en dos barrios de la ciudad de Luján
(BA). Otro objetivo específico de este estudio es investigar si
dicho conocimiento tiene algún efecto sobre la identidad individual
y grupal/social de las personas. También se evalúan actitudes
individuales y grupales con respecto a la investigación genética.
Este
proyecto se realiza en Luján porque esta ciudad es producto del
poblamiento iniciado a mediados del siglo XVII. La villa colonial
estaba ubicada en la antigua ruta comercial al Alto Perú que salía
del puerto de Buenos Aires y se adentraba en la llanura pampeana. A
través del tiempo, a pesar de la resistencia de las poblaciones
indígenas, sin prisa pero sin pausa, los colonos españoles y los
inmigrantes europeos fueron ocupando esta región fértil de la pampa
húmeda y expandiendo la ocupación del territorio.
Este
proyecto de estudio se focalizó en los barrios Centro y Santa Elena
de la ciudad de Luján. Usando una muestra al azar de viviendas, se
contactaron 293 individuos que residen en estos barrios históricos
para ofrecerles un análisis gratuito de ancestralidad genética.
Este análisis se hace a partir de una muestra de saliva. Esas
personas que participaron en el estudio recibieron interpretaciones
confidenciales de sus resultados individuales, ilustrados con textos
y mapas explicativos, y tienen acceso a interpretaciones sobre su
ancestralidad genética (el lugar de origen de sus antepasados más
antiguos). Además, a 80 de estos participantes se les solicitó una
entrevista, a través de la cual compartieron sus ideas y
experiencias, sobre identidad y nacionalidad.
El
diseño del proyecto de investigación sobre Conocimientos e
Identidades Argentinas ha sido revisado y aprobado por los siguientes
comités de ética: en los Estados Unidos, Institutional Review Boards
(IRB), University of Tennessee (Knoxville), University of Oregon
(Eugene) y University of New Mexico (Albuquerque); y en Argentina,
Comité de Ética de la Región Sanitaria VII Hospital de Agudos “Dr.
Ramón Carrillo”.
Para
estudiar la factibilidad de llevar adelante este proyecto, Mendoza y
Cabana hicieron una prueba piloto entre junio y agosto de 2008,
tomando 16 muestras y haciendo los análisis pertinentes, los que
dieron resultados que fueron presentados en un congreso y en varias
charlas académicas. Estos estudios preliminares demostraron que era
factible hacer un estudio a mayor escala, que finalmente se concretó
a partir de 2015 y se extenderá hasta 2018.
La
toma de muestras sigue un protocolo consistente en varios pasos:
invitación formal a participar en el proyecto, el consentimiento de
los participantes, las firmas mediante las cuales los participantes e
investigadores aceptan los beneficios, riesgos y derechos de los
mismos al ser incluidos en el proyecto, la toma de muestras
propiamente dicha consistente en que cada participante deposita una
pequeña cantidad de saliva en un tubo de ensayo, luego la muestra de
saliva se mezcla con ciertos productos químicos con la finalidad de
estabilizar el ADN y finalmente cada tubo es rotulado con la fecha de
obtención y un código de identificación que permite reconocer a
cada participante.
El
financiamiento del proyecto se hace a través de subsidios de
investigación de la fundación estadounidense para la ciencia,
National Science Foundation (Número 1344185), y del Instituto
Latinoamericano e Ibérico de la Universidad de Nuevo México.
Es
un proyecto interdisciplinario porque reúne investigadores con
experiencia en biología molecular, etnografía, análisis
estadístico, de coordenadas espaciales y redes sociales, derechos
humanos y dimensiones éticas y sociales de los estudios genéticos.
El
equipo de investigación
está integrado por los siguientes profesionales:
Graciela Cabana |
Cabana,
Graciela:
graduada en Antropología en la Universidad de Michigan y en Ciencias
Políticas en la Universidad de California, se desempeña como
profesora asociada del Departamento de Antropología de la
Universidad de Tennessee y es directora de los Laboratorios de
Antropología Molecular de dicha universidad. Posee gran experiencia
en investigación en genética antropológica. En este proyecto
dirige la obtención y análisis de las muestras genéticas y también
entrevista a los participantes.
Marcela Mendoza |
Mendoza,
Marcela:
obtuvo su doctorado en Antropología Sociocultural en la Universidad
de Iowa, actualmente es docente adjunta del Departamento de
Antropología e investigadora asociada del Instituto de Ciencias
Cognitivas y de Decisiones de la Universidad de Oregon. La Dra.
Mendoza ha realizado investigaciones etnográficas con grupos
indígenas de las provincias de Formosa y Chaco (Argentina) y también
con inmigrantes mexicanos que viven en Tennessee y Oregon (EEUU). En
este proyecto coordina las entrevistas con los participantes y
contribuye activamente a las discusiones teóricas del equipo de
investigación.
Lindsay Smith |
Smith,
Lindsay:
obtuvo su doctorado en Antropología en la Universidad de Harvard, y
se desempeña actualmente como profesora asistente del Departamento
de Antropología de la Universidad de Nuevo México. La Dra. Smith ha
conducido investigaciones etnográficas en Argentina, Guatemala y
Perú sobre temas de antropología médica, derechos humanos y sobre
las implicancias éticas y sociales de los estudios genéticos. En
este proyecto estudia las reacciones individuales y grupales, ante
los resultados obtenidos por la investigación científica.
Hugo Delfino |
Delfino,
Hugo:
egresado como Licenciado de Estadística en la Universidad Nacional
de Rosario, realizó asimismo un Pos Grado en Dirección Estratégica
y Planeamiento Empresario (UBA) y una Maestría en metodología de la
Investigación Social (UNIBO-UNTREF),
se desempeña actualmente como profesor de estadística en la
Universidad Nacional de Luján, evidenciando gran experiencia en
análisis espacial y métodos estadísticos, así como en coordinar
encuestas de población a gran escala. Ha conducido proyectos de
investigación en el área de Luján y en otros contextos nacionales
e internacionales. Su función en el proyecto ha sido coordinar el
muestreo de población de los habitantes de ambos barrios lujanenses
muestreados.
Carla Martínez |
Martínez,
Carla:
Licenciada en Biología, es docente e investigadora de la División
Estadística del Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad
Nacional de Luján. Actualmente está haciendo el doctorado en
Ciencias Aplicadas sobre el cultivo in vitro de especies leñosas. En
el equipo de investigación, Carla supervisó a los pasantes.
Bárbara Mazza |
Mazza,
Bárbara:
Doctora en Antropología egresada de la UBA, se desempeña
actualmente como investigadora del grupo de arqueología del humedal
del Paraná inferior (Argentina) y profesora de la cátedra de
Antropología Biológica y Paleoantropología de la Universidad de
Buenos Aires (UBA). Tiene mucha experiencia en análisis
bioarqueológicos, cuyo objetivo principal es analizar los patrones
de organización social en poblaciones pasadas. En este proyecto
Bárbara informa los resultados de ancestría genética a los
participantes.
Loruhama Teruya Rossi |
Teruya
Rossi, Loruhama:
Fotógrafa profesional de la ciudad de Luján, dedicada
principalmente a la fotografía artística y snapshot (producciones
comerciales, portfolios, editoriales web y gráfica).
Los Pasantes que colaboraron en la investigación fueron alumnos de la Universidad Nacional de Luján (UNLU), de las carreras Licenciatura en Ciencias Biológicas: Jesica Benholtz y Natalia Mufato, y Licenciatura en Trabajo Social: Juan A. Oliva y Franco Viletto.
El
Grupo
de Apoyo Local
fue el El
GESIG
(Grupo de Estudios sobre Geografía y Análisis Espacial con Sistemas
de Información Geográfica), que apoyó este proyecto en temáticas
geográficas.
Graciela Cabana, Lindsay Smith, Marcela Mendoza y Norberto Mollo |
Las
investigaciones sobre ancestralidad genética están reconfigurando
los debates históricamente arraigados sobre la identidad nacional.
Esto es posible en un contexto donde la aplicación de la tecnología
del ADN para la obtención de información sobre la ancestralidad
biológica, individual y poblacional, ha ido penetrando en los
diversos dominios y sectores de la sociedad. Desde
esta perspectiva, la molécula de ADN se ha convertido en productor
de símbolos identitarios.
Es
bien conocida la existencia de dos tipos de ADN: ADNn (ADN Nuclear) y
ADNmt (ADN Mitocondrial). He aquí las diferencias:
Se estima que el ADNmt no es otro
que el ADN bacteriano, ya que las bacterias mantuvieron una relación
de endosimbiosis con las primeras células eucariotas,
transformándose más adelante en el organoide celular conocido como
mitocondria.
ADN nuclear y ADN mitocondrial Esquema basado en la imagen de Genetic Literacy Project https://geneticliteracyproject.org/wp-content/uploads/2014/10/mitochondrial-dna-NHGRI.jpg |
ADN Nuclear National Humane Genome Research Institute. Glosario hablado de términos genéticos. ADN (Ácido Desoxirribonucleico) Consultado el 4 de diciembre de 2017 https://www.genome.gov/glossarys/index.cfm?id=48 |
ADN mitocondrial Realizado por Dr. A. Martínez-Conde y Dra. P. Mayor Departamento de Bioquímica y Biología Molecular Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid |
El ADNmt presenta algunas claras
ventajas como herramienta de investigación; una de ellas es el alto
número de copias por célula, ya que mientras que para cada gen o
segmento del ADN nuclear existen sólo una o dos copias, para el
ADNmt se pueden hallar muchas más Esta característica convirtió al
ADNmt en uno de los pocos materiales genéticos capaces de ser
recuperados de restos antiguos o mal preservados. Por otra parte, la
herencia exclusivamente materna permite la aplicación del método
cladístico, que tiene la virtud de construir agrupaciones
jerárquicas fundadas en una hipótesis evolutiva en la que los
grupos se definen por la presencia de caracteres compartidos que han
sido heredados de un ancestro común. En el caso del ADNmt, los
caracteres a comparar son los nucleótidos que por su repetición
sucesiva determinan una secuencia. Cada individuo posee una única
versión de esta secuencia, heredada exclusivamente por vía materna
y por lo tanto en condición haploide, de allí que reciba el nombre
de haplotipo. Dos haplotipos se consideran distintos si difieren en
al menos una posición de su secuencia. Un conjunto de haplotipos que
comparten una serie de mutaciones que habrían estado presentes en un
ancestro común se denomina haplogrupo (hg). Los hgs se nombran con
letras mayúsculas del alfabeto latino, o mediante la combinación de
letras y números alternados.
Los estudios iniciales (1990),
dejaron en claro que los linajes maternos presentes en poblaciones
nativas de América, eran asignables a cinco haplogrupos denominados
A, B, C, D y X. Éstos representaban apenas una fracción de la
diversidad existente en las poblaciones del nordeste asiático. Hay
un amplio consenso sobre la existencia de al menos trece linajes
fundadores, ocho de los cuales tienen distribución en todo el
continente (A2, B2, C1b, C1c, C1d, C4c, D1 y D4h3a), mientras que
otros cinco (D2a, D3, D4e1c, X2a y X2g) están restringidos a
poblaciones de América del Norte.
Nuestra especie humana se originó
en África, donde evolucionó y pasó la mayor parte del tiempo.
Luego comenzó a emigrar al resto del planeta, primero a Asia y
Europa y después a América y Oceanía. La historia de ese recorrido
está escrita, en parte, en el ADN.
Migraciones humanas en haplogrupos mitocondriales |
La ancestralidad o ancestría de
una persona se puede determinar por tres tipos de análisis:
1) Materno, obtenido a través de
estudio del ADN mitocondrial.
2) Paterno, obtenido a través de
estudio del ADN del cromosoma Y (núcleo celular).
3) Global, obtenido del resto de
los componentes de ADN del núcleo (ADN autosómico), que proviene de
ambos progenitores. Esta parte del ADN permite estimar el origen
geográfico de la mayoría de los linajes de los antepasados de una
persona, dato que se expresa en porcentajes.
El método global permite
incursionar en la ancestralidad de una población hasta
aproximadamente 250 años atrás, en cambio el paterno posibilita
identificar genéticamente poblaciones que vivieron entre 1.000 y
100.000 años atrás; y el materno puede alcanzar a poblaciones de más de 100.000 años de antigüedad.
Los resultados
En
el caso de ancestralidad genética de 293 individuos en dos barrios
de la ciudad de Luján, las muestras fueron analizadas en el
Laboratorio Gene by Gene de Houston, Texas (EEUU), donde se utilizó
un GenoChip para determinar más de 750.000 marcadores genéticos
individuales.
Marcela
Mendoza, expresa los resultados obtenidos en los laboratorios y sus
implicancias:
"En
la muestra de Luján es evidente que una población de ascendencia
variada, sobre todo proveniente del sur de Europa, se ha mezclado con
la población indígena de la región. En el estudio de los linajes
maternos
de la muestra de ancestralidad genética de Luján resultó que—del
total de 293 participantes—66% de las personas tienen linajes
maternos de Europa y el área mediterránea, mientras 29% de las
personas tienen linajes maternos del continente americano, es decir
linajes A, B, C y D de pueblos originarios. Además, 4% de las
personas tienen linajes de África al sur del Sahara. En comparación
con los estudios de otros investigadores argentinos (por ejemplo, los
equipos dirigidos por Demarchi y Avena), la muestra de 293 personas
de Luján contiene más linajes maternos europeos y mediterráneos y
menos linajes maternos de pueblos originarios. El porcentaje de
linajes maternos africanos en Luján es equivalente al porcentaje de
otras regiones del país. Con respecto a los linajes
paternos,
la muestra de Luján contiene 99% de linajes paternos europeos y
mediterráneos. No encontramos otros estudios comparables publicados
sobre otras regiones del país. Sin embargo, este resultado sugiere
un proceso de mestizaje semejante al que destaca más
Demarchi
en la región de centro. El análisis genético de ancestralidad
global
(autosómico) es decir, origen de los antepasados paternos y maternos
hasta ocho generaciones atrás en la muestra de Luján,
presenta
el 59,4%
de ancestría indígena, lo que indica la existencia de un grado
importante de mestizaje. Dicho mestizaje parece haber ocurrido en la
generación de los bisabuelos o choznos y resulta todavía evidente
aún hoy. Dentro del total de 293 personas de la muestra de Luján,
siete personas indicaron en la encuesta que tenían antepasados
indígenas. El análisis global de ancestría genética de esos
participantes efectivamente confirmó la existencia de un porcentaje
ancestral indígena americano. La tabulación de los resultados del
análisis de ancestría genética global de los participantes indica
que 174 personas (59,4%) en un total de 293 tienen algún antepasado
de origen indígena americano. Las otras 119 personas (40,6%) de la
muestra de Luján no tienen antepasados indígenas americanos. El
valor promedio de la ancestría global indígena americana entre los
participantes que la poseen es 10.8%. Por
otro lado el 98% de todos los participantes de Luján tienen algún
antepasado en las últimas 8 generaciones que viene del sur de
Europa, algo que se ve también en las encuestas individuales, donde
las personas manifiestan su historia oral. Entre estas personas -casi
la mayoría de la muestra- que tienen algún antepasado del sur de
Europa, se ve que 59% también tiene algún antepasado indígena. Es
decir, para decirlo simplemente, parece que los españoles, franceses
e italianos se unieron más con mujeres nativas que las personas de
otro origen europeo y mediterráneo, porque cuando esos individuos
entran en el cálculo, el promedio de ancestría indígena disminuye.
Comparada con otras regiones del país, según estudios realizados
por otros investigadores, la muestra de Luján posee un mayor
porcentaje de ancestría global proveniente de Europa y del área
mediterránea. Mientras que, comparada con la ancestría global de
la población de otras regiones del país, la muestra de Luján
presenta una menor proporción de antepasados de pueblos originarios
y africanos del sur de Sahara."
(Mendoza, Marcela. Proyecto Conocimiento e Identidades Argentinas.
Análisis de una muestra de la población de Luján: Barrios Centro y
Santa Elena y
comunicación personal).
Otro estudio similar
Simultáneamente con los estudios en Luján, se desarrolló en la provincia de Córdoba una investigación similar titulada "Historia evolutiva de la población del centro de Argentina", llevada adelante por miembros del Instituto de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba y financiada por el CONICET. Participaron en este proyecto:
Simultáneamente con los estudios en Luján, se desarrolló en la provincia de Córdoba una investigación similar titulada "Historia evolutiva de la población del centro de Argentina", llevada adelante por miembros del Instituto de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba y financiada por el CONICET. Participaron en este proyecto:
Darío Demarchi |
Demarchi, Darío:
Doctor en Ciencias Biológicas y Biólogo, es Vicedirector del
Instituto de Antropología de Córdoba (UNC). Su campo de trabajo es
la arqueología y antropología biológica, además de historia,
geografía y antropología social y cultural y física. Especialista
en genética de poblaciones humanas. Se desempeñó en este proyecto
como director del mismo.
Rodrigo Nores |
Nores, Rodrigo:
Doctor en Ciencias Químicas y Biólogo, miembro del Instituto de
Antropología de Córdoba (UNC). Trabaja en arqueología y
antropología biológica y antropología física. Su especialidad es
genética de poblaciones humanas y arqueogenética.
Angelina García |
García, Angelina:
Doctora en Ciencias Biológicas y Bióloga. Su campo de trabajo es la
arqueología, antropología biológica y física. Su especialidad es
genética de poblaciones humanas. Es miembro del Instituto de
Antropología de Córdoba (UNC).
Mariana Fabra |
Fabra, Mariana:
Doctora en Historia, Magister en Antropología y Licenciada en
Historia. Su campo de trabajo es arqueología y antropología
biológica y física. Su especialidad es la bioantropología. Es
miembro del Instituto de Antropología de Córdoba (UNC).
Maia Pauro |
Pauro, Maia:
Doctora en Antropología. Su campo de trabajo es la antropología
social, cultural y física, historia y geografía. Tambien es miembro
del Instituto de Antropología de Córdoba (UNC).
Los resultados
Los científicos del IDACOR (Instituto de Antropología Córdoba), dependiente de la UNC y del CONICET, analizaron unas 1000 muestras contemporáneas, recogidas mediante hisopado bucal, en 20 localidades de la zona central de Argentina: Villa Atamisqui y Sumampa (Santiago del Estero), La Toma, Tilisarao, Concarán y Santa Rosa del Conlara (San Luis) y Jovita, Río Cuarto, La Carlota, Cruz Alta, La Tordilla, La Para, Villa Dolores, Chancaní, San Carlos Minas, Villa de Soto, Amboy, Córdoba, San Marcos Sierras y San Francisco del Chañar (Córdoba). El análisis de las muestras se llevó a cabo en el Laboratorio de Bioantropología, perteneciente al Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba.
De acuerdo a los resultados, el 76 por ciento de los habitantes actuales de la zona en estudio posee linaje materno indoamericano, mientras que una proporción menor es de origen europeo (16%) y africano (8%). El mismo muestreo para linaje paterno arroja resultados diferentes: hay una fuerte presencia de linaje europeo (92%), y muy baja incidencia nativoamericana (6%) y africana (2%).
El director del proyecto, Darío Demarchi, analiza de esta manera los resultados obtenidos: "Ambas herencias cuentan la historia de la población central de Argentina después de que llegaron los europeos. Muestra que los conquistadores fueron hombres europeos que diezmaron la población nativa masculina y se reprodujeron con las mujeres que vivían en estas tierras".
Otro dato interesante, es que los investigadores hallaron que entre el 10 a 15 % de los actuales habitantes de la zona en estudio, pertenece a un subtipo de linaje autóctono –el D1j–, que sería particular de la región central del país y se habría desarrollado como evolución local, durante el período prehispánico.
Conclusiones
Tanto
el muestreo realizado en Luján como el efectuado en el centro del
país, revelan un importante índice de ancestralidad indígena
americana, especialmente en el linaje materno. Cabe destacar que no
es posible comparar ambos estudios, debido a que los parámetros
utilizados han sido diferentes, ya que en el caso de Luján se usó
la ancestralidad global, mientras que en Córdoba se empleó el
linaje materno. De cualquier manera se revela que la presencia de
genes indígenas en el organismo de más de la mitad de los
argentinos, está revelando la falsedad del preconcepto de que los
argentinos descendemos sólo de los barcos… descendemos no sólo de
los barcos, sino que los genes que estaban en personas que vivían
aquí hace cientos o miles de años, todavía están presentes en la
población actual… es decir que no se extinguieron. Asimismo estos
estudios dan por tierra con la idea de la existencia de razas, ya
desechada en el ámbito científico pero bastante común en las
sociedades actuales. Al respecto, nos parece oportuno reproducir un
fragmento del trabajo de José Marín Gonzáles "Las razas
biogenéticamente no existen, pero el racismo si, como ideología"
(2003): "Actualmente,
el racismo, no puede justificarse científicamente, como ha quedado
demostrado en los últimos años, por las diferentes investigaciones
que han abordado esta problemática. Las razas no existen, ni
bio-genéticamente ni científicamente. Los hombres por su origen
común, pertenecen al mismo repertorio genético. Las variaciones que
podamos constatar no son el resultado de genes diferentes. Si de
«razas » se tratara, hay una sola «raza»: la humana. Sin embargo,
podemos afirmar que hay razas de perros, de gatos o de vacas, que son
el producto de manipulaciones genéticas"
… "Nos
falta informarnos para no compartir aberraciones, como aquellas
propuestas por el racismo contemporáneo, que se ha convertido en una
ideología de masas en muchos países de Europa. Los racistas
actuales, propugnan sin inmutarse que nuestras diferencias culturales
son el producto de nuestras diferencias genéticas, como lo afirma
Jean Marie Le Pen, el líder de la extrema derecha francesa, quien
está persuadido, que la cultura se transmite sexualmente. Es nuestro
deber de responder a estas preguntas y no dejar a los sectores más
retrógrados de nuestra sociedad, como los grupos políticos de la
extrema derecha europea, utilizar y manipular demagógicamente esta
problemática. Es muy simple culpar a los inmigrantes de la crisis
del mercado de trabajo o responsabilizarlos de las mutaciones que
provoca la Globalización, concentrando la riqueza en unas pocas
manos y marginalizando a grandes sectores de la población, como es
el doloroso caso de la sociedad argentina de nuestros días".
Muchas gracias Beto por compartir esta información .... si mas gente supiera de esto se daría cuenta que no se trata de ellos y nosotros sino que, ... simplemente se trata de "nosotros" .....
ResponderEliminarSin dudas Mario... se trata de "nosotros". Suscribo totalmente tus palabras.
ResponderEliminarEstimado Norberto Mollo: MUCHAS GRACIAS por compartir este documento
ResponderEliminarInformacion como la que él se aporta es de suma importancia para saber quienes somos y seguir construyendo nuestra Identidad como grupo humano que cohabita este territorio hoy Argentina
nuevamente gracias.
Saluda cordialmente Norma Conde
Hola Norma:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus conceptos. Los que estamos en la senda de estudiar, analizar y difundir todo lo referido a la cuestión indígena, vemos estos datos como lo que son... con la mayor objetividad posible... donde la presencia genética indígena en más de la mitad de los argentinos es un hecho de la realidad, que no se puede negar, por lo que no hay lugar para expresiones racistas como vemos a diario.
Un abrazo.
Norberto
Gracias por compartir estas informaciones, Norberto. Muy interesantes ambos estudios! Un cordial saludo,
ResponderEliminarFlorencia
Muchas gracias Florencia. Sin dudas estos estudios refuerzan lo que hemos charlado personalmente. Tenemos que apuntar a que los argentinos reconozcamos la pluralidad étnica de nuestro país, y apostar por el respeto y la convivencia de las distintas culturas, que deben convivir pacíficamente con idénticos derechos.
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