viernes, 8 de diciembre de 2017

Muestra sobre ancestralidad genética. Luján (2017)

Entre los días 25 y 30 de noviembre de 2017, se llevó a cabo en el Salón Cultural del Complejo Museográfico Enrique Udaondo de la ciudad de Luján (BA), la "Muestra sobre Conocimientos e Identidades Argentinas en Luján", evento en el cual se presentaron los resultados de una investigación realizada en forma conjunta por profesionales de la Universidad Nacional de Luján y las universidades norteamericanas de Tennessee, Oregon y Nuevo México.
Complejo Museográfico Enrique Udaondo
El día 28 de noviembre se realizó la Mesa Académica "Identidad, espacio-tiempo y ancestralidad genética", coordinada por Claudia A. Baxendale (UBA / GESIG-INIGEO). En la misma se presentaron varias ponencias muy interesantes:
LANZELOTTI, Sonia (SIGAPH-INIGEO / CONICET). Caracterización arqueológico-geográfica de los pagos de Luján y su área de influencia.
BUZAI, Gustavo (GESIG-INIGEO / CONICET). Geografía del ADN. Abordajes en contexto espacial.
MENDOZA, Marcela (Universidad de Oregon / EEUU), Graciela CABANA (Universidad de Tennessee / EEUU) y Lindsay SMITH (Universidad de Nuevo México / EEUU). Un estudio de ancestralidad genética en barrios históricos de Luján: Resultados y perspectivas.
Claudia Baxendale
Sonia Lanzelotti















Lindsay Smith
Gustavo Buza 















Graciela Cabana

Marcela Mendoza
















El equipo de investigadores del Conocimientos e Identidades Argentinas, dado el contexto político y social actual, tiene como objetivos generales saber que significa hoy ser argentino. ¿De qué manera la identidad y el sentimiento de pertenencia a la nación se entrelazan para construir la argentinidad? ¿Sería posible que la información sobre ancestralidad genética pudiese contribuir a la construcción de la argentinidad, modificándola de alguna manera? Los objetivos específicos aspiran a plantear interpretaciones sobre la región geográfica de dónde proceden los antepasados remotos, lo que llamamos ancestralidad genética, de las personas de las que se tomaron muestras en dos barrios de la ciudad de Luján (BA). Otro objetivo específico de este estudio es investigar si dicho conocimiento tiene algún efecto sobre la identidad individual y grupal/social de las personas. También se evalúan actitudes individuales y grupales con respecto a la investigación genética.
Este proyecto se realiza en Luján porque esta ciudad es producto del poblamiento iniciado a mediados del siglo XVII. La villa colonial estaba ubicada en la antigua ruta comercial al Alto Perú que salía del puerto de Buenos Aires y se adentraba en la llanura pampeana. A través del tiempo, a pesar de la resistencia de las poblaciones indígenas, sin prisa pero sin pausa, los colonos españoles y los inmigrantes europeos fueron ocupando esta región fértil de la pampa húmeda y expandiendo la ocupación del territorio.
Este proyecto de estudio se focalizó en los barrios Centro y Santa Elena de la ciudad de Luján. Usando una muestra al azar de viviendas, se contactaron 293 individuos que residen en estos barrios históricos para ofrecerles un análisis gratuito de ancestralidad genética. Este análisis se hace a partir de una muestra de saliva. Esas personas que participaron en el estudio recibieron interpretaciones confidenciales de sus resultados individuales, ilustrados con textos y mapas explicativos, y tienen acceso a interpretaciones sobre su ancestralidad genética (el lugar de origen de sus antepasados más antiguos). Además, a 80 de estos participantes se les solicitó una entrevista, a través de la cual compartieron sus ideas y experiencias, sobre identidad y nacionalidad.
El diseño del proyecto de investigación sobre Conocimientos e Identidades Argentinas ha sido revisado y aprobado por los siguientes comités de ética: en los Estados Unidos, Institutional Review Boards (IRB), University of Tennessee (Knoxville), University of Oregon (Eugene) y University of New Mexico (Albuquerque); y en Argentina, Comité de Ética de la Región Sanitaria VII Hospital de Agudos “Dr. Ramón Carrillo”.
Para estudiar la factibilidad de llevar adelante este proyecto, Mendoza y Cabana hicieron una prueba piloto entre junio y agosto de 2008, tomando 16 muestras y haciendo los análisis pertinentes, los que dieron resultados que fueron presentados en un congreso y en varias charlas académicas. Estos estudios preliminares demostraron que era factible hacer un estudio a mayor escala, que finalmente se concretó a partir de 2015 y se extenderá hasta 2018.
La toma de muestras sigue un protocolo consistente en varios pasos: invitación formal a participar en el proyecto, el consentimiento de los participantes, las firmas mediante las cuales los participantes e investigadores aceptan los beneficios, riesgos y derechos de los mismos al ser incluidos en el proyecto, la toma de muestras propiamente dicha consistente en que cada participante deposita una pequeña cantidad de saliva en un tubo de ensayo, luego la muestra de saliva se mezcla con ciertos productos químicos con la finalidad de estabilizar el ADN y finalmente cada tubo es rotulado con la fecha de obtención y un código de identificación que permite reconocer a cada participante.
El financiamiento del proyecto se hace a través de subsidios de investigación de la fundación estadounidense para la ciencia, National Science Foundation (Número 1344185), y del Instituto Latinoamericano e Ibérico de la Universidad de Nuevo México.
Es un proyecto interdisciplinario porque reúne investigadores con experiencia en biología molecular, etnografía, análisis estadístico, de coordenadas espaciales y redes sociales, derechos humanos y dimensiones éticas y sociales de los estudios genéticos.
El equipo de investigación está integrado por los siguientes profesionales:
Graciela Cabana


Cabana, Graciela: graduada en Antropología en la Universidad de Michigan y en Ciencias Políticas en la Universidad de California, se desempeña como profesora asociada del Departamento de Antropología de la Universidad de Tennessee y es directora de los Laboratorios de Antropología Molecular de dicha universidad. Posee gran experiencia en investigación en genética antropológica. En este proyecto dirige la obtención y análisis de las muestras genéticas y también entrevista a los participantes.




Marcela Mendoza

Mendoza, Marcela: obtuvo su doctorado en Antropología Sociocultural en la Universidad de Iowa, actualmente es docente adjunta del Departamento de Antropología e investigadora asociada del Instituto de Ciencias Cognitivas y de Decisiones de la Universidad de Oregon. La Dra. Mendoza ha realizado investigaciones etnográficas con grupos indígenas de las provincias de Formosa y Chaco (Argentina) y también con inmigrantes mexicanos que viven en Tennessee y Oregon (EEUU). En este proyecto coordina las entrevistas con los participantes y contribuye activamente a las discusiones teóricas del equipo de investigación.



Lindsay Smith

Smith, Lindsay: obtuvo su doctorado en Antropología en la Universidad de Harvard, y se desempeña actualmente como profesora asistente del Departamento de Antropología de la Universidad de Nuevo México. La Dra. Smith ha conducido investigaciones etnográficas en Argentina, Guatemala y Perú sobre temas de antropología médica, derechos humanos y sobre las implicancias éticas y sociales de los estudios genéticos. En este proyecto estudia las reacciones individuales y grupales, ante los resultados obtenidos por la investigación científica.





Hugo Delfino
Delfino, Hugo: egresado como Licenciado de Estadística en la Universidad Nacional de Rosario, realizó asimismo un Pos Grado en Dirección Estratégica y Planeamiento Empresario (UBA) y una Maestría en metodología de la Investigación Social (UNIBO-UNTREF), se desempeña actualmente como profesor de estadística en la Universidad Nacional de Luján, evidenciando gran experiencia en análisis espacial y métodos estadísticos, así como en coordinar encuestas de población a gran escala. Ha conducido proyectos de investigación en el área de Luján y en otros contextos nacionales e internacionales. Su función en el proyecto ha sido coordinar el muestreo de población de los habitantes de ambos barrios lujanenses muestreados.
Carla Martínez



Martínez, Carla: Licenciada en Biología, es docente e investigadora de la División Estadística del Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad Nacional de Luján. Actualmente está haciendo el doctorado en Ciencias Aplicadas sobre el cultivo in vitro de especies leñosas. En el equipo de investigación, Carla supervisó a los pasantes.





Bárbara Mazza


Mazza, Bárbara: Doctora en Antropología egresada de la UBA, se desempeña actualmente como investigadora del grupo de arqueología del humedal del Paraná inferior (Argentina) y profesora de la cátedra de Antropología Biológica y Paleoantropología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Tiene mucha experiencia en análisis bioarqueológicos, cuyo objetivo principal es analizar los patrones de organización social en poblaciones pasadas. En este proyecto Bárbara informa los resultados de ancestría genética a los participantes.




Loruhama Teruya Rossi



Teruya Rossi, Loruhama: Fotógrafa profesional de la ciudad de Luján, dedicada principalmente a la fotografía artística y snapshot (producciones comerciales, portfolios, editoriales web y gráfica).









Los Pasantes que colaboraron en la investigación fueron alumnos de la Universidad Nacional de Luján (UNLU), de las carreras Licenciatura en Ciencias Biológicas: Jesica Benholtz y Natalia Mufato, y Licenciatura en Trabajo Social: Juan A. Oliva y Franco Viletto.
El Grupo de Apoyo Local fue el El GESIG (Grupo de Estudios sobre Geografía y Análisis Espacial con Sistemas de Información Geográfica), que apoyó este proyecto en temáticas geográficas.
Graciela Cabana, Lindsay Smith, Marcela Mendoza y Norberto Mollo
Las investigaciones sobre ancestralidad genética están reconfigurando los debates históricamente arraigados sobre la identidad nacional. Esto es posible en un contexto donde la aplicación de la tecnología del ADN para la obtención de información sobre la ancestralidad biológica, individual y poblacional, ha ido penetrando en los diversos dominios y sectores de la sociedad. Desde esta perspectiva, la molécula de ADN se ha convertido en productor de símbolos identitarios.
Es bien conocida la existencia de dos tipos de ADN: ADNn (ADN Nuclear) y ADNmt (ADN Mitocondrial). He aquí las diferencias:
Se estima que el ADNmt no es otro que el ADN bacteriano, ya que las bacterias mantuvieron una relación de endosimbiosis con las primeras células eucariotas, transformándose más adelante en el organoide celular conocido como mitocondria.
ADN nuclear y ADN mitocondrial
Esquema basado en la imagen de Genetic Literacy Project
https://geneticliteracyproject.org/wp-content/uploads/2014/10/mitochondrial-dna-NHGRI.jpg 
ADN Nuclear
National Humane Genome Research Institute.
Glosario hablado de términos genéticos.
ADN (Ácido Desoxirribonucleico)
Consultado el 4 de diciembre de 2017
https://www.genome.gov/glossarys/index.cfm?id=48
ADN mitocondrial
Realizado por Dr. A. Martínez-Conde y Dra. P. Mayor
Departamento de Bioquímica y Biología Molecular
Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid
El ADNmt presenta algunas claras ventajas como herramienta de investigación; una de ellas es el alto número de copias por célula, ya que mientras que para cada gen o segmento del ADN nuclear existen sólo una o dos copias, para el ADNmt se pueden hallar muchas más Esta característica convirtió al ADNmt en uno de los pocos materiales genéticos capaces de ser recuperados de restos antiguos o mal preservados. Por otra parte, la herencia exclusivamente materna permite la aplicación del método cladístico, que tiene la virtud de construir agrupaciones jerárquicas fundadas en una hipótesis evolutiva en la que los grupos se definen por la presencia de caracteres compartidos que han sido heredados de un ancestro común. En el caso del ADNmt, los caracteres a comparar son los nucleótidos que por su repetición sucesiva determinan una secuencia. Cada individuo posee una única versión de esta secuencia, heredada exclusivamente por vía materna y por lo tanto en condición haploide, de allí que reciba el nombre de haplotipo. Dos haplotipos se consideran distintos si difieren en al menos una posición de su secuencia. Un conjunto de haplotipos que comparten una serie de mutaciones que habrían estado presentes en un ancestro común se denomina haplogrupo (hg). Los hgs se nombran con letras mayúsculas del alfabeto latino, o mediante la combinación de letras y números alternados.
Los estudios iniciales (1990), dejaron en claro que los linajes maternos presentes en poblaciones nativas de América, eran asignables a cinco haplogrupos denominados A, B, C, D y X. Éstos representaban apenas una fracción de la diversidad existente en las poblaciones del nordeste asiático. Hay un amplio consenso sobre la existencia de al menos trece linajes fundadores, ocho de los cuales tienen distribución en todo el continente (A2, B2, C1b, C1c, C1d, C4c, D1 y D4h3a), mientras que otros cinco (D2a, D3, D4e1c, X2a y X2g) están restringidos a poblaciones de América del Norte.
Nuestra especie humana se originó en África, donde evolucionó y pasó la mayor parte del tiempo. Luego comenzó a emigrar al resto del planeta, primero a Asia y Europa y después a América y Oceanía. La historia de ese recorrido está escrita, en parte, en el ADN.
Migraciones humanas en haplogrupos mitocondriales
La ancestralidad o ancestría de una persona se puede determinar por tres tipos de análisis:
1) Materno, obtenido a través de estudio del ADN mitocondrial.
2) Paterno, obtenido a través de estudio del ADN del cromosoma Y (núcleo celular).
3) Global, obtenido del resto de los componentes de ADN del núcleo (ADN autosómico), que proviene de ambos progenitores. Esta parte del ADN permite estimar el origen geográfico de la mayoría de los linajes de los antepasados de una persona, dato que se expresa en porcentajes.
El método global permite incursionar en la ancestralidad de una población hasta aproximadamente 250 años atrás, en cambio el paterno posibilita identificar genéticamente poblaciones que vivieron entre 1.000 y 100.000 años atrás; y el materno puede alcanzar a poblaciones de más de 100.000 años de antigüedad.
Los resultados
En el caso de ancestralidad genética de 293 individuos en dos barrios de la ciudad de Luján, las muestras fueron analizadas en el Laboratorio Gene by Gene de Houston, Texas (EEUU), donde se utilizó un GenoChip para determinar más de 750.000 marcadores genéticos individuales.
Marcela Mendoza, expresa los resultados obtenidos en los laboratorios y sus implicancias:

"En la muestra de Luján es evidente que una población de ascendencia variada, sobre todo proveniente del sur de Europa, se ha mezclado con la población indígena de la región. En el estudio de los linajes maternos de la muestra de ancestralidad genética de Luján resultó que—del total de 293 participantes—66% de las personas tienen linajes maternos de Europa y el área mediterránea, mientras 29% de las personas tienen linajes maternos del continente americano, es decir linajes A, B, C y D de pueblos originarios. Además, 4% de las personas tienen linajes de África al sur del Sahara. En comparación con los estudios de otros investigadores argentinos (por ejemplo, los equipos dirigidos por Demarchi y Avena), la muestra de 293 personas de Luján contiene más linajes maternos europeos y mediterráneos y menos linajes maternos de pueblos originarios. El porcentaje de linajes maternos africanos en Luján es equivalente al porcentaje de otras regiones del país. Con respecto a los linajes paternos, la muestra de Luján contiene 99% de linajes paternos europeos y mediterráneos. No encontramos otros estudios comparables publicados sobre otras regiones del país. Sin embargo, este resultado sugiere un proceso de mestizaje semejante al que destaca más Demarchi en la región de centro. El análisis genético de ancestralidad global (autosómico) es decir, origen de los antepasados paternos y maternos hasta ocho generaciones atrás en la muestra de Luján, presenta el 59,4% de ancestría indígena, lo que indica la existencia de un grado importante de mestizaje. Dicho mestizaje parece haber ocurrido en la generación de los bisabuelos o choznos y resulta todavía evidente aún hoy. Dentro del total de 293 personas de la muestra de Luján, siete personas indicaron en la encuesta que tenían antepasados indígenas. El análisis global de ancestría genética de esos participantes efectivamente confirmó la existencia de un porcentaje ancestral indígena americano. La tabulación de los resultados del análisis de ancestría genética global de los participantes indica que 174 personas (59,4%) en un total de 293 tienen algún antepasado de origen indígena americano. Las otras 119 personas (40,6%) de la muestra de Luján no tienen antepasados indígenas americanos. El valor promedio de la ancestría global indígena americana entre los participantes que la poseen es 10.8%. Por otro lado el 98% de todos los participantes de Luján tienen algún antepasado en las últimas 8 generaciones que viene del sur de Europa, algo que se ve también en las encuestas individuales, donde las personas manifiestan su historia oral. Entre estas personas -casi la mayoría de la muestra- que tienen algún antepasado del sur de Europa, se ve que 59% también tiene algún antepasado indígena. Es decir, para decirlo simplemente, parece que los españoles, franceses e italianos se unieron más con mujeres nativas que las personas de otro origen europeo y mediterráneo, porque cuando esos individuos entran en el cálculo, el promedio de ancestría indígena disminuye. Comparada con otras regiones del país, según estudios realizados por otros investigadores, la muestra de Luján posee un mayor porcentaje de ancestría global proveniente de Europa y del área mediterránea. Mientras que, comparada con la ancestría global de la población de otras regiones del país, la muestra de Luján presenta una menor proporción de antepasados de pueblos originarios y africanos del sur de Sahara." (Mendoza, Marcela. Proyecto Conocimiento e Identidades Argentinas. Análisis de una muestra de la población de Luján: Barrios Centro y Santa Elena y comunicación personal).

Otro estudio similar
Simultáneamente con los estudios en Luján, se desarrolló en la provincia de Córdoba una investigación similar titulada "Historia evolutiva de la población del centro de Argentina", llevada adelante por miembros del Instituto de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba y financiada por el CONICET. Participaron en este proyecto:
Darío Demarchi

Demarchi, Darío: Doctor en Ciencias Biológicas y Biólogo, es Vicedirector del Instituto de Antropología de Córdoba (UNC). Su campo de trabajo es la arqueología y antropología biológica, además de historia, geografía y antropología social y cultural y física. Especialista en genética de poblaciones humanas. Se desempeñó en este proyecto como director del mismo.




Rodrigo Nores


Nores, Rodrigo: Doctor en Ciencias Químicas y Biólogo, miembro del Instituto de Antropología de Córdoba (UNC). Trabaja en arqueología y antropología biológica y antropología física. Su especialidad es genética de poblaciones humanas y arqueogenética.





Angelina García


García, Angelina: Doctora en Ciencias Biológicas y Bióloga. Su campo de trabajo es la arqueología, antropología biológica y física. Su especialidad es genética de poblaciones humanas. Es miembro del Instituto de Antropología de Córdoba (UNC).





Mariana Fabra


Fabra, Mariana: Doctora en Historia, Magister en Antropología y Licenciada en Historia. Su campo de trabajo es arqueología y antropología biológica y física. Su especialidad es la bioantropología. Es miembro del Instituto de Antropología de Córdoba (UNC).




Maia Pauro



Pauro, Maia: Doctora en Antropología. Su campo de trabajo es la antropología social, cultural y física, historia y geografía. Tambien es miembro del Instituto de Antropología de Córdoba (UNC).





Los resultados 
Los científicos del IDACOR (Instituto de Antropología Córdoba), dependiente de la UNC y del CONICET, analizaron unas 1000 muestras contemporáneas, recogidas mediante hisopado bucal, en 20 localidades de la zona central de Argentina: Villa Atamisqui y Sumampa (Santiago del Estero), La Toma, Tilisarao, Concarán y Santa Rosa del Conlara (San Luis) y Jovita, Río Cuarto, La Carlota, Cruz Alta, La Tordilla, La Para, Villa Dolores, Chancaní, San Carlos Minas, Villa de Soto, Amboy, Córdoba, San Marcos Sierras y San Francisco del Chañar (Córdoba). El análisis de las muestras se llevó a cabo en el Laboratorio de Bioantropología, perteneciente al Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba. 
De acuerdo a los resultados, el 76 por ciento de los habitantes actuales de la zona en estudio posee linaje materno indoamericano, mientras que una proporción menor es de origen europeo (16%) y africano (8%). El mismo muestreo para linaje paterno arroja resultados diferentes: hay una fuerte presencia de linaje europeo (92%), y muy baja incidencia nativoamericana (6%) y africana (2%). 
El director del proyecto, Darío Demarchi, analiza de esta manera los resultados obtenidos: "Ambas herencias cuentan la historia de la población central de Argentina después de que llegaron los europeos. Muestra que los conquistadores fueron hombres europeos que diezmaron la población nativa masculina y se reprodujeron con las mujeres que vivían en estas tierras".
Otro dato interesante, es que los investigadores hallaron que entre el 10 a 15 % de los actuales habitantes de la zona en estudio, pertenece a un subtipo de linaje autóctono –el D1j–, que sería particular de la región central del país y se habría desarrollado como evolución local, durante el período prehispánico.

Conclusiones
Tanto el muestreo realizado en Luján como el efectuado en el centro del país, revelan un importante índice de ancestralidad indígena americana, especialmente en el linaje materno. Cabe destacar que no es posible comparar ambos estudios, debido a que los parámetros utilizados han sido diferentes, ya que en el caso de Luján se usó la ancestralidad global, mientras que en Córdoba se empleó el linaje materno. De cualquier manera se revela que la presencia de genes indígenas en el organismo de más de la mitad de los argentinos, está revelando la falsedad del preconcepto de que los argentinos descendemos sólo de los barcos… descendemos no sólo de los barcos, sino que los genes que estaban en personas que vivían aquí hace cientos o miles de años, todavía están presentes en la población actual… es decir que no se extinguieron. Asimismo estos estudios dan por tierra con la idea de la existencia de razas, ya desechada en el ámbito científico pero bastante común en las sociedades actuales. Al respecto, nos parece oportuno reproducir un fragmento del trabajo de José Marín Gonzáles "Las razas biogenéticamente no existen, pero el racismo si, como ideología" (2003): "Actualmente, el racismo, no puede justificarse científicamente, como ha quedado demostrado en los últimos años, por las diferentes investigaciones que han abordado esta problemática. Las razas no existen, ni bio-genéticamente ni científicamente. Los hombres por su origen común, pertenecen al mismo repertorio genético. Las variaciones que podamos constatar no son el resultado de genes diferentes. Si de «razas » se tratara, hay una sola «raza»: la humana. Sin embargo, podemos afirmar que hay razas de perros, de gatos o de vacas, que son el producto de manipulaciones genéticas" … "Nos falta informarnos para no compartir aberraciones, como aquellas propuestas por el racismo contemporáneo, que se ha convertido en una ideología de masas en muchos países de Europa. Los racistas actuales, propugnan sin inmutarse que nuestras diferencias culturales son el producto de nuestras diferencias genéticas, como lo afirma Jean Marie Le Pen, el líder de la extrema derecha francesa, quien está persuadido, que la cultura se transmite sexualmente. Es nuestro deber de responder a estas preguntas y no dejar a los sectores más retrógrados de nuestra sociedad, como los grupos políticos de la extrema derecha europea, utilizar y manipular demagógicamente esta problemática. Es muy simple culpar a los inmigrantes de la crisis del mercado de trabajo o responsabilizarlos de las mutaciones que provoca la Globalización, concentrando la riqueza en unas pocas manos y marginalizando a grandes sectores de la población, como es el doloroso caso de la sociedad argentina de nuestros días".







6 comentarios:

  1. Muchas gracias Beto por compartir esta información .... si mas gente supiera de esto se daría cuenta que no se trata de ellos y nosotros sino que, ... simplemente se trata de "nosotros" .....

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  2. Sin dudas Mario... se trata de "nosotros". Suscribo totalmente tus palabras.

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  3. Estimado Norberto Mollo: MUCHAS GRACIAS por compartir este documento
    Informacion como la que él se aporta es de suma importancia para saber quienes somos y seguir construyendo nuestra Identidad como grupo humano que cohabita este territorio hoy Argentina
    nuevamente gracias.
    Saluda cordialmente Norma Conde

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  4. Hola Norma:
    Muchas gracias por tus conceptos. Los que estamos en la senda de estudiar, analizar y difundir todo lo referido a la cuestión indígena, vemos estos datos como lo que son... con la mayor objetividad posible... donde la presencia genética indígena en más de la mitad de los argentinos es un hecho de la realidad, que no se puede negar, por lo que no hay lugar para expresiones racistas como vemos a diario.
    Un abrazo.
    Norberto

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  5. Gracias por compartir estas informaciones, Norberto. Muy interesantes ambos estudios! Un cordial saludo,

    Florencia

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    1. Muchas gracias Florencia. Sin dudas estos estudios refuerzan lo que hemos charlado personalmente. Tenemos que apuntar a que los argentinos reconozcamos la pluralidad étnica de nuestro país, y apostar por el respeto y la convivencia de las distintas culturas, que deben convivir pacíficamente con idénticos derechos.

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